La economía feminista replantea el sistema socioeconómico actual

La presente entrada se publicó originalmente en La Vanguardia en marzo de 2023

La economía feminista pone sobre la mesa una realidad que a algunos les cuesta ver. ¿Quién cuida de las criaturas, de las personas mayores y de las dependientes? ¿Quién recibe sueldos más bajos haciendo el mismo trabajo? ¿Quién deja a un lado su carrera profesional para criar a los hijos? ¿Quién se encuentra con un techo de cristal? ¿Quién…? Se pueden formular muchas preguntas, pero la respuesta siempre es la misma: las mujeres.

La economía feminista cuestiona las bases del pensamiento económico tradicional, dominante, y, a diferencia de éste, pone el bienestar de las personas en el centro, por delante de otros elementos como los beneficios. Además, denuncia la insostenibilidad del sistema económico actual y las desigualdades que lo sustentan, el desequilibrio entre el sistema productivo y el reproductivo, y la invisibilización y desigual distribución de los cuidados.

Para hablar de la economía feminista y de los cambios que vive la sociedad, Barcelona acoge por primera vez el Congreso de Economía Feminista, que se celebrará desde hoy y hasta el sábado en la Nau Bostik (Ferran Turné, 1-11), en el barrio de La Sagrera. La Nau Bostik es un espacio cultural y social de gestión comunitaria ubicado en la antigua fábrica del mismo nombre.

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Presentación del VIII Congreso de Economía Feminista (A. B.)

El encuentro ha sido organizado por el grupo de investigación Dimmons, de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), y por el Ayuntamiento de Barcelona, en el marco de la Cátedra Barcelona UOC en Economía Digital (Cátedra_Abierta). Los diferentes actos, debates y conferencias pueden seguirse de forma presencial –ofrece un espacio de acogida infantil gratuito– y virtual.

El congreso consta de siete ejes temáticos, con la digitalización económica desde una perspectiva feminista como tema central. Como explican las organizadoras, la pandemia ha contribuido a acelerar la digitalización de la economía con implicaciones para la vida cotidiana, incluyendo la expansión y normalización del teletrabajo y el uso cada vez más generalizado de plataformas digitales para trabajar, reunirse, estudiar, ofrecer y pedir servicios…

La economía feminista quiere abordar las diferentes formas en que la digitalización modifica el día a día de las personas trabajadoras, qué repercusiones tiene y qué se puede hacer para que la tecnología esté al servicio de la sostenibilidad de la vida y del planeta.

Nau Bostik
Vista exterior del equipamiento cultural Nau Bostik, en La Sagrera, donde se celebrará el congreso (Nau Bostik)

El de los cuidados es otro tema clave. Astrid Agenjo-Calderón, economista y profesora de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, considera que “existe un desajuste entre las necesidades de cuidado de la población y la capacidad que tiene la propia sociedad para satisfacerlas, lo que nos plantea un reto muy importante”.

“Cuando hablamos del Estado del bienestar –sigue Agenjo-Calderón–, siempre hablamos de sanidad, educación, protección social…, pero es fundamental que empecemos a pensar en un cuarto pilar, el que tiene que ver con los cuidados: cómo cuidamos a las personas mayores, a los enfermos, a los niños y niñas…, porque es algo fundamental en nuestro día a día”.

La profesora y economista Astrid Agenjo-Calderón destaca que el congreso también permitirá captar en qué momento se encuentra la economía feminista en el Estado español, y si el discurso feminista realmente ha calado en la sociedad, las empresas, y la política, o solo se queda en palabras que no se transforman en hechos. “Podemos hablar de poner la vida en el centro, pero tenemos que ver cómo se lleva a la práctica y cómo se destinan recursos para que sea posible”, remarca.

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